Gay de Liébana: «No hay nadie gobernando España», afirma el
profesor de la Universidad de Barcelona, que vislumbra «los prolegómenos de una crisis del sistema»
El discurso enérgico de José María Gay de Liébana irrumpió ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA de la mano de la asociación cultural Tribuna Ciudadana. El profesor de Economía de la Universidad de Barcelona, analista, colaborador de medios de comunicación de todo el mundo, apasionado del deporte y autor de una tesis sobre la industria del fútbol mantuvo alerta a sus muchos oyentes durante una exposición en la que analizó las distintas facetas de la crisis económica española. Gay de Liébana empezó por localizar a «los padres de la crisis», que no son otros, dijo, que José Luis Zapatero, Pedro Solbes, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba y en un momento dado aludió a la necesidad de reactivar la economía, pero advirtiendo a los gobernantes de que eso no es algo que «se apruebe por ley, son las personas las que reactivan la economía».
Aun así, en vista de los últimos acontecimientos, Gay de Liébana, que presentó su conferencia bajo el título de su último libro, «España se escribe con e de endeudamiento», no duda en afirmar que «no hay nadie gobernando España», todos los responsables políticos y económicos admiten que la situación económica es «una tragedia», señaló, pero nadie adopta medidas.
Javier Gámez, miembro de la directiva de Tribuna Ciudadana, presentó al conferenciante como «un analista inteligente, preciso, rotundo», con un discurso «brillante, ameno y simpático». De ello dio prueba el invitado durante su charla, alternando los datos estrictamente económicos con observaciones más personales y anecdóticas, como las de sus estancias en Menorca para leer detenidamente las cuentas anuales de las empresas del Ibex-35 o su confianza en el análisis de los taxistas a la hora de hacerse una idea de cómo anda la economía allá por donde va.
Comparando datos de los últimos años del producto interior bruto y del desempleo acabó demostrando que «mientras la economía española iba creciendo iba vomitando gente al paro» y llamó la atención sobre el hecho de que «en Francia con el 8 por ciento del paro los jóvenes de la "banlieu" (suburbios) salieron a la calle porque el paro era inaguantable, mientras aquí estamos en el 26% y cuando vemos un coche oficial, de esos que llevan cristales oscuros, lo aplaudimos».
Responsabilizó a Rodríguez Zapatero, al que tildó de «iluminado», de apostar por «la Alianza de Civilizaciones» en detrimento del mantenimiento de España en el G8, el grupo de las grandes potencias económicas mundiales, y llamó a tomar ejemplo de los países del Este. «En Bulgaria por una subida del recibo de la luz dimitió el Gobierno. Aquí sólo dimite el Gobierno de Bulgaria y el Papa», bromeó.
El discurso enérgico de José María Gay de Liébana irrumpió ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA de la mano de la asociación cultural Tribuna Ciudadana. El profesor de Economía de la Universidad de Barcelona, analista, colaborador de medios de comunicación de todo el mundo, apasionado del deporte y autor de una tesis sobre la industria del fútbol mantuvo alerta a sus muchos oyentes durante una exposición en la que analizó las distintas facetas de la crisis económica española. Gay de Liébana empezó por localizar a «los padres de la crisis», que no son otros, dijo, que José Luis Zapatero, Pedro Solbes, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba y en un momento dado aludió a la necesidad de reactivar la economía, pero advirtiendo a los gobernantes de que eso no es algo que «se apruebe por ley, son las personas las que reactivan la economía».
Aun así, en vista de los últimos acontecimientos, Gay de Liébana, que presentó su conferencia bajo el título de su último libro, «España se escribe con e de endeudamiento», no duda en afirmar que «no hay nadie gobernando España», todos los responsables políticos y económicos admiten que la situación económica es «una tragedia», señaló, pero nadie adopta medidas.
Javier Gámez, miembro de la directiva de Tribuna Ciudadana, presentó al conferenciante como «un analista inteligente, preciso, rotundo», con un discurso «brillante, ameno y simpático». De ello dio prueba el invitado durante su charla, alternando los datos estrictamente económicos con observaciones más personales y anecdóticas, como las de sus estancias en Menorca para leer detenidamente las cuentas anuales de las empresas del Ibex-35 o su confianza en el análisis de los taxistas a la hora de hacerse una idea de cómo anda la economía allá por donde va.
Comparando datos de los últimos años del producto interior bruto y del desempleo acabó demostrando que «mientras la economía española iba creciendo iba vomitando gente al paro» y llamó la atención sobre el hecho de que «en Francia con el 8 por ciento del paro los jóvenes de la "banlieu" (suburbios) salieron a la calle porque el paro era inaguantable, mientras aquí estamos en el 26% y cuando vemos un coche oficial, de esos que llevan cristales oscuros, lo aplaudimos».
Responsabilizó a Rodríguez Zapatero, al que tildó de «iluminado», de apostar por «la Alianza de Civilizaciones» en detrimento del mantenimiento de España en el G8, el grupo de las grandes potencias económicas mundiales, y llamó a tomar ejemplo de los países del Este. «En Bulgaria por una subida del recibo de la luz dimitió el Gobierno. Aquí sólo dimite el Gobierno de Bulgaria y el Papa», bromeó.
Fuente: La Nueva España
